La cuidadora de la tía de la mujer de Luis Lorenzo al juez: “A las 2 semanas de llegar ya estaba en cama”

“Empecé a trabajar en la casa el 20 de mayo. Isabel caminaba con dificultad, había que sujetarla. También le costaba comer y por eso necesitaba ayuda. Yo les sugerí (a Luis Lorenzo y a su mujer Arancha Suárez) que habría que adaptar la ducha y que tuvieran una silla de ruedas”. Ana Elizabeth declaró ayer en el juzgado que investiga la muerte de Isabel Suárez, la mujer de 85 años en cuya autopsia los forenses hallaron cantidades de cadmio y manganeso 200 veces por encima de lo recomendable en su organismo. La mujer, testigo clave del deterioro previo a la muerte de la octogenaria, explicó el día a día de la tía Isabel en la casa de los investigados por su muerte.

“A las dos o tres semanas de llegar ya estaba en cama. Ellos eran los que se encargaban de hacerle la comida y casi todo lo que le daban eran purés. La medicación la compraba Arancha y ella era la que se encargaba de decirme cuántas pastillas tomaba en qué momentos del día”, explicó la cuidadora para contar ante el tribunal que la tía Isabel tenía que tomar una decena de pastillas al día repartidas en tres tomas.

La mujer describió ante el tribunal una “buena convivencia” en la casa y matizó algunas cuestiones que habían levantado suspicacias en la fase de la investigación policial, como el hecho de que ella misma dijera que le llamó la atención que en la casa no hubiera pañales para una mujer que a su juicio ya no podía valerse por sí sola ni para ir al baño. Por contradicciones como esta en el tribunal se le llegó a preguntar si antes de su declaración alguien le había llegado a ofrecer algo a cambio de ser menos contundente en sus palabras. La cuidadora lo negó tajantemente.

9 horas con el cadáver

Pero si hubo un episodio llamativo en el relato de la cuidadora de la tía de la mujer de Luis Lorenzo fue justo el del día de la muerte de Isabel Suárez. La testigo rememoró que cuando ella se levantó descubrió el cadáver de la tía Isabel en la cama, y decidió llamar a Luis Lorenzo y a Arancha. “Ellos iban camino de Asturias para hacer arreglos en la casa de su tía. Me dijeron que no hiciera nada, que ellos se ocuparían de todo, así que cerré la habitación (Isabel dormía en la habitación de uno de los hijos de la pareja) por si alguno de los niños entraba a por un juguete”.

De lo dicho por Ana Elizabeth se desprende que Luis Lorenzo y Arancha habían salido muy temprano hacia Asturias ese día sin percatarse de que la tía Isabel había fallecido durante la noche. Además la pareja había dejado a la cuidadora al cargo de latía Isabel, pero por lo que dijo ésta también estaban con ella los niños de 10 y 5 años de la pareja. Todo esto sucedió a las 8 de la mañana, pero según la misma trabajadora allí no llegó asistencia médica que certificara la muerte de la tía Isabel hasta las cinco de la tarde.

Este es un extremo que inquieta especialmente a la familia de la tía Isabel, porque todo eso sucedió el 28 de junio. Ese mismo día hubo siete accesos a la cuenta bancaria de la octogenaria por valor de 12.000 euros. Los traspasos beneficiaron directamente a cuentas bancarias a nombre de Luis Lorenzo y Arancha. En cuanto a que “ellos se ocuparían de todo” con respecto a la fallecida, los registros del servicio de Emergencias 112 dicen que lo hicieron, sí, personalmente llamó Luis Lorenzo, pero casi a las 12:30 del mediodía, más de cuatro horas después del óbito de la anciana.

El testimonio de esta mujer es uno de los pasos previos a la importante cita que esperaba a Luis Lorenzo y a Arancha Suárez este mismo viernes. El matrimonio estaba citado a la vistilla en la que la familia de la tía Isabel solicitó que fueran a la cárcel de manera provisional por la muerte de su familiar. Está claro que lo que contó la cuidadora le pesó a Fiscalía y a la juez lo justo porque Luis Lorenzo y Arancha Suárez siguen en libertad.